Hay gente que piensa que la creatividad es como un superpoder: o naces con ella o te quedas fuera del club. Spoiler: eso es mentira. La creatividad es más bien como montar en bici: al principio te caes, luego le pillas el truco, y al final ni piensas en cómo pedaleas.

Lo interesante de la creatividad no es tener la gran idea que cambie el mundo (eso pasa muy de vez en cuando). Lo realmente útil es entrenar tu cerebro para pensar de manera diferente cuando las cosas se tuercen. Y créeme, las cosas se tuercen siempre.

Imagina que quieres montar un negocio de limonada en pleno julio. Tienes todo preparado: limones, azúcar, un cartelito cutre pero con encanto. Y resulta que llueve. Durante una semana. Tu plan perfecto se ha ido al garete.

¿Qué haces? Puedes llorar (válido), o puedes transformar esa limonada en helados caseros de limón y venderlos cuando vuelva el sol. Eso es flexibilidad: cambiar de enfoque sin rendirte. No es magia, es entrenamiento mental.

O pongamos que tu idea no funciona porque ya hay cinco puestos de limonada en tu calle. Entonces sacas el pensamiento divergente de paseo: ¿y si en vez de limonada haces té helado? ¿O batidos? ¿O vendes limonada pero con un descuento a quien venga en patinete? Son ideas diferentes para el mismo problema. Algunas serán tontas, otras brillantes. El truco está en sacar muchas sin juzgarlas todavía.

Luego viene el pensamiento convergente, que es el colega sensato que te dice: “Vale, de todas estas ideas, ¿cuál tiene más posibilidades de funcionar?”. Porque generar cien ideas está genial, pero si ninguna se convierte en realidad, te quedas igual.
De la idea al cartel (y de ahí al mundo)

Elaborar una idea es pasar del “sería guay hacer algo con reciclaje” a diseñar un cartel concreto, con mensaje claro, que pegues en el pasillo del instituto. Es transformar el humo en algo tangible. Y cuando esa idea tangible funciona, resuelve un problema o mejora algo, entonces hablamos de innovación.

La innovación no es inventar la rueda. A veces es simplemente poner ruedas donde antes no las había. O pintarlas de otro color para que la gente las vea. O usarlas de otra manera porque el camino cambió.

¿Y de dónde sale todo esto?
Para cerrar, os dejo con la charla TED de Irving Domínguez: ¿De dónde viene la creatividad? Irving habla de algo que muchas veces olvidamos: la creatividad no es solo inspiración divina ni talento innato. Es un proceso que se puede entrenar, alimentar y desarrollar. Y sí, también se puede perder si no la usas.


Después de ver el vídeo, pensad en esto:
¿Qué crees que mata más la creatividad: el miedo a equivocarte o no tener tiempo para pensar?

Categorizado en:

Uncategorized,

Última Actualización: octubre 6, 2025