Tras la COVID-19 se ha producido un cambio de paradigma en la sociedad, pero especialmente en la educación. Tuvimos que dar respuesta a muchas preguntas ¿Cómo enseñar si el alumnado no pueden venir a clase? ¿Cómo adaptarnos a los diferentes escenarios y posibilidades de cada una de las familias? ¿Y si un alumno no tiene internet? ¿Y si una alumna tiene que utilizar el único ordenador de la casa y lo tiene que compartir con otro familiar? Hace dos años no estábamos preparados.
Y es aquí donde Cesar Bona vuelve a la esencia de la educación preocupándose por encontrar las herramientas y no solamente por transferir los conocimientos. ¿En qué parte de nuestra Ley de Educación nos hablaba de una situación tan excepcional? ¿Dónde en el currículum encontrábamos respuesta a las diferentes preguntas que teníamos? Nuestro sistema no tenía respuestas, no nos quedaba otra opción que adaptarlo a la realidad.
Y esta adaptación no puede ser algo excepcional. La educación ha de estar en continua adaptación. Adaptándonos a la sociedad: fijándonos en los sistemas de valores, en el medio ambiente, en las relaciones… Pero también en la evaluación, ya que es el único instrumento que tenemos de control de los objetivos que podamos ponernos.
Cuando educas, has de estar seguro de ti mismo para dejarlos ser.
Cesar Bona
Cesar realiza una radiografía de los principales problemas que nos encontramos como docentes: la eterna burocracia, la no adaptación de nuestro modelo para trabajar las competencias y seguir con las materias, curriculums que se hacen eternos sin priorizar. Sin embargo, ¿Estamos integrando cosas tan básicas cómo las emociones? ¿Trabajamos en algún momento el medio ambiente? O más fácil aún, ¿Ponemos en marcha lo que predicamos teniendo algún proyecto en común con algún docente? Una vez que tenemos todo esto en cuenta, ¿No será que nos preocupamos de la macroeducación en vez de ocuparnos de la microeducación?
Las primeras etapas del alumnado son vitales. No solo para tenerlas en cuenta como maestros, si no nosotros como profesores, para poder conectar con esa esencia que tienen en su comportamiento integrando el juego o la curiosidad en nuestra propuesta educativa.
La mayor señal del éxito de un profesor es poder decir: ”Ahora los niños trabajo como si yo no existiera”.
M. Montessori
Humanizar la educación también habla de la política. Cualquier cambio en educación tendrá que pasar por ella. Nombra autores como Platón, Aristóteles, Santo Tomas de Aquino, Kant… que bien podría parecer que hablamos de la historia del pensamiento económico, pero no, hablamos de educación y política . ¿Donde queda el consenso a la hora de tomar decisiones tan importantes? se me quedo una frase grabada diciendo que los politicos que no cuidan la educación se verán en la obligación de volver a pasar en las aulas.
Otros temas tan importantes como las familias, la salud mental (para resolver problemas con la obesidad, el burnout, o la infoxicación), la importancia del pensamiento o la filosofía (enseñar vs escuchar) e incluso o la innovación (¿Cómo podemos hablar de innovación cuando la educación está en constante renovación?) son temas que Cesar Bona con una pluma ligera, sentido del humor, y muchas ganas de comunicar recoge en este libro cuyo punto de partida era la transformación que hemos vivido después de la pandemia.
Para cerrar el comentario de este libro me gustaría dejar una frase que me ha llegado por conectar tan bien la educación con las emociones.
Un niño que no se siente querido, difícilmente puede ser educado.
Pestalozzi.